Las supersticiones hacen parte de una cultura humana muy antigua, la cual es heredada a través de las generaciones, puesto que desde su existencia ha creído en mitos y creencias populares, a tal fin de brindar explicaciones a ciertos fenómenos naturales, los cuales hasta esa época no estaban comprobados por la ciencia, ni se habían establecido leyes para estos; de aquí el origen de estas supersticiones. Los supersticiosos creían que existía una fuerza oculta, la cual atraía hacia ellos las cosas buenas o malas , dependiendo a las acciones que ellos realizaban, las cuales podían ser premios o por otra parte castigos, a tal punto de que evitaban cometer estas malas acciones para no tener que pasar nuevamente por estos sucesos negativos.
La superstición no se puede ajustar a una definición cualquiera, puesto que es más que una creencia, es un modo de vida que constituye al hombre desde que éste existe, basándose en creencias de hechos sobrenaturales a los cuales se les atribuye erróneamente un valor sagrado o son consideradas como desgracias. Una superstición surge cuando se atribuyen poderes extraordinarios a ciertos objetos y se busca en ellos la explicación a algunos sucesos sorprendentes, como las coincidencias aunque algunas personas creen tanto en las supersticiones que incluso llegan a un punto de fanatismo.
También se puede atribuir los factores psicológicos, los cuales dan a explicar el por qué algunos aspectos de la cultura, los cuales se encuentran relacionados con otros. Abram Kardiner dice: “los modelos culturales influyen en el desarrollo de la personalidad a través de la educación infantil y los rasgos de la personalidad resultantes influyen a su vez en la cultura”. Es por tal razón que al conservar estas supersticiones, cada integrante de la familia va adquiriendo unos determinados rasgos de personalidad, como en el caso de las personas a las cuales se realizo la entrevista, quienes adoptan estas supersticiones desde su niñez y en muchas ocasiones se privan de realizar alguna actividad siguiendo a sus creencias; así mismo las van transmitiendo a sus hijos y demás familiares.
Finalmente queremos rescatar una frase que encontramos del autor Sergio Pitol, la cual la relacionamos con el tema tratado: “muchos de nosotros llevamos un amuleto en la ropa, o guardado en alguna parte de la casa; cuando nos preguntan por qué razón respondemos con la expresión 'por si las moscas'. Si me preguntaran por mi fe en esos fenómenos, respondería que soy agnóstico; ni creo ni dejo de creer. Pero si me insistieran, diría que sí, que sí creo, que no logro saber por qué lo hago, pero que tengo un sistema complejo de amuletos, sortilegios, fórmulas personales para decidir qué lecturas deben hacerse para que un viaje resulte propicio, ponerme una corbata forzosamente amarilla para que cierto proyecto prospere, cosas así”.
Nos parece muy importante puesto que en muchas ocasiones, las personas no aceptan o no aceptamos que somos supersticiosos, hasta tal momento de que nos ocurra algo, o escuchemos algo que de cuenta de esta realidad, que nos permita en algún momento decir "A mi también me sucedió"; Muchos no sabemos a ciencia cierta el por qué de nuestras creencias, ni cuando nos volvimos supersticiosos, solamente nos damos cuenta en el momento en el que algo va a pasar o que debemos hacerlo "por si las moscas", como es el caso de los agüeros que se practican en el mes de diciembre, que aunque muchas veces nos rehusamos a creer en estas cosas y finalmente terminamos practicándolas. Teniendo en cuenta que hay personas mas supersticiosas que otras.
Nos parece muy importante puesto que en muchas ocasiones, las personas no aceptan o no aceptamos que somos supersticiosos, hasta tal momento de que nos ocurra algo, o escuchemos algo que de cuenta de esta realidad, que nos permita en algún momento decir "A mi también me sucedió"; Muchos no sabemos a ciencia cierta el por qué de nuestras creencias, ni cuando nos volvimos supersticiosos, solamente nos damos cuenta en el momento en el que algo va a pasar o que debemos hacerlo "por si las moscas", como es el caso de los agüeros que se practican en el mes de diciembre, que aunque muchas veces nos rehusamos a creer en estas cosas y finalmente terminamos practicándolas. Teniendo en cuenta que hay personas mas supersticiosas que otras.
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